Un antídoto para el orgullo

«La lectura diaria [de la Ley] impedirá que se vuelva orgulloso y actúe como si fuera superior al resto de sus compatriotas...» 
-Deuteronomio 17.20a (NTV) 

Sólo cuando el Señor nos muestra nuestra realidad a través de su Palabra y de su Espíritu, nos mantiene humildes y nos lleva a Jesucristo. 

En esta humilde dependencia de Él, su nombre es glorificado.

Lee tu Biblia.