¿Qué debe hacer un cristiano en este mundo?

Hace algunos meses leía (o escuchaba, no recuerdo bien) algo sobre los enunciados de misión personal. Mientras recordaba estos conceptos que aprendí hace mucho tiempo, no pude evitar preguntarme:

«¿Qué respondería ahora si alguien me preguntara cuál es mi propósito en la vida?, ¿Qué es lo más importante que debo hacer y que está sobre todo lo demás?»

Por supuesto, lo primero que vino a mi mente fueron las clásicas palabras de uno de nuestros documentos más preciados:

«El fin principal del hombre es el de glorificar a Dios y gozar de Él para siempre»1.

Ahora, aunque como cristiano reformado estas palabras son sumamente valiosas para mí, (sobre todo porque lo que viene después muestra con claridad cómo glorificar a Dios) siento que, debido a su naturaleza requieren una mayor explicación. Y lo que yo quería era, precisamente, una especie de enunciado de misión personal.

También buscaba algo exclusivo para este siglo; algo que debiera comenzar y terminar aquí. Algo que me urgiera a aprovechar la gracia de este tiempo, que también fuera un poco más específico y (por si todo lo anterior fuera poco) quería que además fuera útil para dirigir mis pasos en este mundo.

Después de un tiempo de reflexión y oración, la respuesta llegó. La verdad es que no fue muy diferente a lo que había concluido hace tiempo, cuando estuve trabajando en una visión y misión para la iglesia local; de hecho, fue casi idéntica:2 

«Creo que mi deber aquí y ahora es conocer y parecerme lo más posible a mi Señor y Salvador Jesucristo y ayudar a todos los que están alrededor de mí a conocerle a Él y a parecerse lo más posible a Él.»

Esto incluye, por su puesto, a mi esposa, a mi hijo, a mis hermanos y amigos de la iglesia, y en general, a todos aquellos que encuentre en este camino.

Pero permíteme regresar a mí. Por más egoísta que esto suene, la verdad es que todo esto debe comenzar conmigo. Que yo ponga en primer lugar a quién debo conocer para llegar a ser lo que debo ser, me servirá para ayudar a otros a conocerlo más a Él y a parecerse más a Él. Sólo así puedo comprender la terrible lucha contra el pecado que implica el crecimiento espiritual y la vida de santidad; y por supuesto, mi ejemplo también será útil en esta labor.

¿Respalda la Biblia algo como esto?

Si has llegado hasta aquí, quizá estés pensando:

«Todo esto está muy bien, pero, hasta este momento estas ideas no tienen ningún respaldo bíblico».

Y es cierto.

En un momento te proporcionaré algunas bases bíblicas, pero mientras tanto piensa en la vida y el ministerio del apóstol Pablo. ¿Acaso no fue esta su filosofía de vida? ¿Acaso no sus luchas más fuertes fueron con el fin de conocer a su Señor y parecerse más a Él? ¿Acaso no dedicó la totalidad de su vida y sus esfuerzos a ayudar a otros a conocerle al Señor y a parecerse más a Él? Éste es el propósito de sus cartas y también en ellas nos muestra su profunda preocupación por conocer, amar y servir a su Señor con todo su corazón. Revisa las siguientes citas si quieres confirmarlo: Filipenses 3.8-9, 14, 17; 1 Tesalonicenses 2.10; Gálatas 4.19; Romanos 8.29.

¿Cómo puede servir esto de guía para la vida diaria?

Piénsalo bien: Cuando tienes claridad de tu propósito en este mundo, comienzas a filtrarlo todo a partir de él: compromisos, amistades, el uso de tu tiempo, e incluso pasatiempos. Si esto está profundamente arraigado en tu corazón, de una manera natural comenzarás a preguntarte:

«¿Cómo esto me ayuda a conocer y a parecerme más a mi Señor?»

Y también: 

«¿Esto puede ayudar a otros a conocer más a Cristo y a parecerse más a Él?»

Yo sé que es un pensamiento sumamente sencillo, pero útil. Y espero que pueda ser de tanta ayuda para ti, como lo ha sido para mí.


  1. Respuesta a la primera pregunta del Catecismo Menor de Westminster. 

  2. «Siendo y haciendo discípulos para la gloria de Dios», que es la visión y misión de la iglesia en la que estoy sirviendo ahora.