«Sí, te humilló permitiendo que pasaras hambre y luego alimentándote con maná... lo hizo para enseñarte que la gente no vive sólo de pan, sino que vivimos de cada palabra que sale de la boca del Señor».
«Es siempre mejor no saber, ni desear saber sobre lo que se dice de ti, ya sea por parte de amigos o enemigos. Aquellos que nos alaban están probablemente tan equivocados como aquellos que abusan de nosotros.»
«La lectura diaria [de la Ley] impedirá que se vuelva orgulloso y actúe como si fuera superior al resto de sus compatriotas...»
«No hay lugares grandes o lugares pequeños para servir; solo hay gente fiel y gente infiel».
«...yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir... da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo...»
«Las fronteras del reino de Dios nunca fueron recorridas por hombres y mujeres precavidos.»
Hacia el final del Libro del Profeta Daniel abundan las visiones del fin de los tiempos, un asunto que ha preocupado a la Iglesia a lo largo de su historia. Sin embargo, cuando Daniel preguntó: «Mi señor, ¿cómo terminará todo esto?», él recibió la siguiente respuesta:
Un día, mientras caminaba con mi hijo en brazos, pasó junto a mí otro pastor que también cargaba a su pequeño. Al encontrarnos frente a frente, me saludó diciendo: «¿Cómo está hermano?, ¿también en esta lucha?».
«Usted puede ser teológicamente tan recto como un cañón de escopeta, pero estar espiritualmente tan vacío como él.»
Esta frase resume a la perfección un gran problema del que no solamente he sido testigo, sino también partícipe: El de fijar nuestra mirada en un sistema doctrinal, dejando de lado todo lo demás.
Desde hace algunos años, e-Sword ha sido mi herramienta favorita para la preparación de sermones y estudios bíblicos. Es un software muy completo que supera a muchos programas de su tipo, con la ventaja de ser completamente gratuito.